El testimonio de Samuel Peçanha, padre de Michel, de 14 años, conmocionó Brasil tras la megaoperación que dejó 121 muertos en Río de Janeiro.
Introducción
La historia de Michel Mendes Peçanha, un adolescente de 14 años, ha sacudido a Brasil.
El joven fue una de las 121 víctimas mortales de la operación policial más letal en la historia del país, realizada el 28 de octubre de 2025 en el Complejo da Penha, en Río de Janeiro.
Una semana después, su padre, Samuel Peçanha, rompió el silencio y ofreció un testimonio devastador: “Mi hijo estaba engañado… se ilusionó con lo que veía en las redes sociales”.
La operación más mortífera de Brasil
El operativo, llevado a cabo por fuerzas policiales y militares, tenía como objetivo desarticular una red vinculada al Comando Vermelho, una de las facciones criminales más poderosas del país.
En el enfrentamiento, que duró horas, murieron al menos 121 personas, entre ellas varios adolescentes.
Las autoridades defienden la acción como necesaria, mientras organizaciones de derechos humanos denuncian excesos y ejecuciones sumarias.
“Perdí a mi hijo. Estaba engañado” El testimonio del padre
Samuel Peçanha, trabajador de servicios generales, contó a BBC News Brasil que reconoció el cuerpo de su hijo por una foto que circulaba en redes sociales.
“Cuando vi la imagen, lo sentí en el alma. Dije: ‘Es mi niño’. Parecía que estaba durmiendo, con las manos detrás de la cabeza, tranquilo. Me dolió verlo así”, relató.
Michel era el menor de cinco hermanos. Su padre lo describía como “un niño alegre, tranquilo, al que le encantaban el yogur y las galletas”.
Pero en los últimos meses, Samuel notó un cambio: su hijo había dejado de ir a la escuela y se mostraba fascinado por la vida de ostentación que veía en internet y en su entorno.
“Se ilusionó con la idea de poder, con las motos, con las armas. No entendía el peligro. Intenté traerlo de vuelta, pero ya estaba atrapado en esa fantasía”, lamentó.
Redes sociales, violencia y pérdida del miedo
Samuel explicó que su hijo comenzó a pasar más tiempo fuera de casa y a relacionarse con jóvenes del Comando Vermelho.
“Era solo un niño. No sabía usar un arma. Lo hacían posar con rifles para las fotos. Esa imagen de poder lo sedujo”, dijo.
Para el padre, la cultura de la ostentación en redes sociales es una trampa mortal para muchos adolescentes de las comunidades pobres:
“Ven a chicos que se exhiben con dinero y fama, aunque estén presos o muertos. Creen que el éxito es inmediato y sin esfuerzo. Mi hijo fue una víctima de eso.”
Entre el dolor y el llamado a los padres
Con la voz quebrada, Samuel compartió cómo intenta sobrellevar la ausencia de su hijo:
“Todavía preparo su jugo, compro sus galletas… y luego recuerdo que ya no está.”
Aun así, quiso transformar su dolor en un mensaje para otras familias:
“Un hijo es una herencia. Los padres deben mirar más de cerca, hablar, entender lo que sus hijos sienten. No esperen a perderlos para darse cuenta.”
También dejó una reflexión dirigida a los jóvenes:
“Estudien, trabajen, sueñen con lo que se conquista con esfuerzo. Lo que se gana con sacrificio es lo que realmente libera.”
Fuente: Correio Braziliense – 1News
